Wild Rose en su aspecto positivo despliega toda la energía del sol a plenitud. Representa el pleno verano con sus efectos calcinantes, y rebosantes de entusiasmo. Es el corazón latiendo a toda prisa en oposición al hepático otoño de Mustard. Guarda una cierta lógica cronológica, ya que, la melancolía, es un sentir polar con el entusiasmo, como Wild Rose lo es, con la flor que le sigue, Mustard. La primera me arroja a la aventura de traspasar la puerta para zambullirme en la sombra, la segunda a la crisis transformadora del trance.
La estructura que delata el estado Mustard, es cualquiera de los matices de la tristeza. Su fuerza nos empuja hacia adelante cuando la oscuridad, niebla o bruma, cierra nuestra conciencia a la comprensión y nuestros ojos a la luz. Nos da la fe necesaria para vivir los procesos dolorosos y sombríos de la vida como un aspecto inherente de la misma, destinado a ayudar a evolucionar, crecer y transformarnos.
Con frecuencia, la emergencia de la experiencia Mustard, en la historia de una persona, indica la presencia de una actividad de integración de zonas que hasta ese momento rechazaba y que claman por ser aceptadas. Eduardo
Pd Mañana seguimos